El Matador no pedía permiso, entraba a la cancha y dejaba su marca a punta de goles. El chileno Marcelo Salas, temido por defensas en Sudamérica y Europa, es recordado no solo por su talento, sino por su actitud arrolladora y su olfato goleador que lo convirtieron en leyenda.
Con 116 presencias y 48 goles en La Roja, el zurdo de Temuco fue ídolo absoluto en River Plate, donde alzó cuatro campeonatos de Primera División y una Supercopa Sudamericana en sus dos ciclos con el club de Núñez (1996-1997 y 2004-2006).
⚽ Pero su historia no terminó ahí. En Europa, brilló con la camiseta de Lazio, donde fue campeón de Serie A, Coppa Italia y Supercoppa, y luego en Juventus, demostrando que lo suyo no era solo talento sudamericano, sino jerarquía mundial.
Y como si fuera poco, cerró su carrera en casa, en la U de Chile, siendo goleador y campeón, como siempre.
Marcelo Salas no fue un jugador más. Fue un símbolo de garra, gol y respeto. El Matador no hablaba mucho. Respondía con zurdazos.
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